Sensaciones del clásico

El Barcelona-Real Madrid que se jugó el Sábado pasado no fue un derbi más.

El partido puede traer unas consecuencias para uno u otro equipo que van más allá de los resultados, las tácticas, los estados de forma y todo lo que pudiera ser entrenable.

Que el Real Madrid gane en Barcelona o viceversa podría entrar dentro de la igualdad que caracteriza a esta rivalidad, porque en la historia de estos partidos un equipo ganó al otro 87 veces y el otro ganó al uno 86. Lo que no entraba en los planes era que después de una racha impresionante del Barça en juego y resultados y no tanto del Real Madrid, el encuentro dejara la sensación de impotencia del Barcelona que muy pocas veces(o ninguna) se le ha visto en los últimos 4 años, resultados aparte.

De entrada, el Real Madrid repitió el equipo que sufrió en Munich con la misma disposición en el campo aunque con una mentalidad en lo que son las ayudas defensivas de lo que careció en su partido de Champions. El Barcelona sorprendió con la suplencia de Piqué con lo que condicionó su salida de balón desde atrás, pobló el medio del campo y abrió a Tello junto con Alves en el flanco de ataque. También es verdad que quemar las naves en la liga teniendo en cuenta que un triunfo aún le mantendría en desventaja teniendo un partido de Champions el martes podría mandar al traste las aspiraciones en ambas competiciones. Las ausencias de Cesc o Alexis podrían justificarse pero no así la de Piqué que tampoco participó en Londres.

Visto lo que ocurrió al final todos podríamos opinar que se equivocó Guardiola porque sí de alguna cosa carece el Barça es que cuando llega el balón a los extremos con el equipo contrario bien posicionado, rara vez va a hará un centro porque no tiene rematadores que puedan imponerse en el plano físico. Siempre o casi siempre va a recortar  el extremo para volver a iniciar o descargar en un jugador que se incorpora en diagonal. Esa jugada la defendieron los blancos a la perfección con las ayudas a Arbeloa y Coentrao de Ozïl y Di María. En el centro estaban esperando Khedira y Alonso junto con los dos centrales. En la vista que ofrecía la cámara cenital, se veía a Arbeloa muy pegado a Tello aunque perdiera un poco la distancia con su central y es que Tello cuando es más peligroso es si recibe el balón porque te encara. Con tal acumulación de gente en el centro, y con los extremos “anulados” solo alguna genialidad de Messi o Iniesta  podía salvar al Barça …y se produjo, pero solo en tres ocasiones. Una entrada de Xabi tras pase de Messi que sacó Casillas en el primer tiempo, otra de Tello que desperdició en la 2ª parte tras pase de Thiago y la del gol con asistencia genial de Iniesta a Tello con finalización tras rebotes del recién incorporado Alexis. Ese fue el arsenal ofensivo del Barcelona además de una posesión de balón que al Real Madrid no le hacía daño y que incluso con algún robo de balón hizo que el Barcelona tuviera que correr en repliegue hacia atrás para defender las contras de los blancos aunque en éstas pudieran participar dos o a lo sumo tres jugadores.

El Real Madrid contragolpeó varias veces aunque sin llegar en alguna a finalizar esas contras, pero en todas mostró una amenaza que condicionó al Barcelona. Todas esas amenazas van minando la confianza porque el peligro se ve como inminente. En la parte final pudo marcar alguno más, pero para entonces las sensaciones de que el partido era suyo ya estaban claras.

Lo transcendente del partido es que se han sembrado las dudas en el Barcelona de cara a un deseable enfrentamiento en la final de la Champions y aplicado al Real Madrid,  se han quitado un gran peso de encima.

Todas estas sensaciones no se van a traducir en los partidos de Champions contra Chelsea y Bayern de Munich porque las competiciones son diferentes y los rivales también. Lo que sí que se va a traducir es en el apoyo que las dos aficiones van a mostrar a sus equipos. El Camp Nou va a llevar en volandas a un equipo que se merece ese apoyo por todo lo que le está dando a los suyos en estos años y el Bernabeu va a ser una explosión de confianza de su afición hacia su equipo al que sí que le van a perdonar los posibles errores que muestre durante el partido, algo que podría dudarse si en Barcelona no hubiera mostrado la cara que mostró.

Una final está en juego y a ser posible con estos dos grandes en la misma. Sería grandioso.

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