La dirección en el fútbol base
¿Hay algo más bonito que ver a los chavales ir con ilusión a los campos de futbol a jugar sus partidos cada fin de semana? A los que nos gusta el deporte y más concretamente el futbol, pocas cosas hay que nos llenen más.
No se trata de verles solo jugar, se trata de verlos llegar al campo con una ilusión que nos transporta a nuestra infancia, se trata de verlos reencontrándose con sus compañeros-amigos cada 7 días, se trata de verlos salir después del partido con alegría los ganadores y con tristeza los perdedores.
Todo esto no sería posible sin la cantidad de gente que gestiona los clubes, en la mayoría de los casos con mucha dedicación y sin ningún fin más allá del de tener todo preparado para que nuestros hijos puedan jugar cada partido. ¿Somos justos con ellos?, creo que no.
No nos hemos parado a pensar lo que supone en tiempo y en preocupaciones para un dirigente de un club aficionado tener todo controlado desde principios de temporada.
Primera preocupación deportiva: la composición de los equipos .¿De cuántos niños disponemos y en qué edades? En función de los que tengan disponibles podrán dar continuidad a los equipos de los que disponían el año anterior. Si no hay niños hay que buscarlos y si los que se tienen no son lo suficientemente buenos …¿cómo le van a decir que no tiene calidad?. Todos deberían tener un hueco independientemente de sus capacidades.
Segunda preocupación deportiva : los entrenadores para esos equipos. Todos buscarán el mejor posible en cuanto a personalidad y conocimientos pero se contentan (y no puede ser de otra manera) con que al menos sea una persona que pueda llevar a los chavales con cariño, honestidad y educación. A partir de esa búsqueda iremos restando cualidades en función de lo que vayamos encontrando.
Tercera preocupación deportiva: los padres. Sí, es una gestión deportiva porque pocos nos resistimos a aconsejar a nuestros hijos, pero ¿dónde está el límite de nuestros consejos? El comportamiento de los padres condiciona mucho la labor del entrenador y por añadidura condiciona al equipo. Si sólo terminara ahí la influencia de los padres…pero, ¿y su comportamiento con los árbitros?, no se dan cuenta de que la mayoría de los árbitros también están en un proceso formativo y que cometen los errores propios del que empieza. Un padre con un mal comportamiento deportivo como lo gestionas. ¿Le invitas a que se vaya él y su hijo? ¿Qué culpa tiene el chaval?.
Cuarta preocupación deportiva :el terreno para entrenamientos y partidos. No hay campos suficientes para todos y muchos tienen que compartir campo con tres o 4 categorías con lo que la calidad de los entrenamientos se empieza a deteriorar. Hoy en día afortunadamente los campos están en mejores condiciones que hace años, pero es una verdadera lástima que con la cantidad de dinero invertido en las instalaciones, no se les de el cuidado que requieren. Parece que todos está perfectos solo porque el color verde no se les va con el tiempo. Los dirigentes de estos equipos reciben las quejas de jugadores y padres pero no son ellos los que se deben de preocupar del mantenimiento, pues pagan un alquiler por una instalación que debe encontrarse en el mejor estado posible.
Quinta preocupación deportiva: Gestión de recursos : un club con gran cantidad de categorías ¿de qué medios dispone para sacar adelante una temporada?. Además de los patrocinadores (pocos tal y como están las cosas), la cantina (no todos disponen de este recurso) y las subvenciones (tan necesarias como insuficientes).
Los padres nos quejamos de los gastos entre principios de curso con el colegio y lo que hay que aportar al equipo para que nuestro hijo pueda jugar ¡¡¡todo el año!!!. Las mutualidades deportivas, el pago de instalaciones, el cariño y la dedicación de los entrenadores de nuestros hijos, las sanciones por tarjetas …todo eso hay que pagarlo y no siempre lo entendemos.
Una buena gestión en el material deportivo puede aportar al club un extra. Se trata de conseguir una buena cantidad de material para que los chavales vayan uniformados, se sientan parte del club y además nos eviten preocupaciones a los padres de si hoy mi hijo quiere ir con una camiseta o con otra. Irá con la que decida el equipo porque para elegir ya tienen las botas.
Los equipos caen en el error de la sofisticación. Quieren creer que en base a lo sofisticado que pueda ser el material deportivo van a dar un salto de calidad y se equivocan. No se debe confundir la calidad con ser demasiado detallista. La simplificación en la elección del material que se elige para vestir al club le va a dar más alegrías, por rapidez en el servicio y también beneficios porque a menor “esfuerzo” en completar los equipajes se traducirá en menor costo.
Otro de los errores es el confiar en proveedores a los que no se les ve la cara y los ojos. Errores y fallos en el servicio los hubo, los hay y los habrá siempre, pero no deben olvidar los dirigentes del futbol modesto que establecer un vínculo con el proveedor es fundamental, para problemas que surgen en una dirección y en la otra, el hecho de saber a dónde deben ir a reclamar directamente es una ventaja.
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