Martes 13 y otras supersticiones en el fútbol.

Final de semana, una semana intensa: nuestros equipos de Champions se meten en cuartos, ahora todos esperando los emparejamientos de los tres bombos de Nyon, el Bilbao deja fuera de la Europa League al Manchester United… y todo esto en medio de una semana con su Martes y 13 incluido.

Los jugadores y el mundo del fútbol no son ajenos a las amenazas de mala suerte de días como este martes, y tratan de lidiar con mala y atraer a la buena con todo tipo de rituales y rutinas.

Saltar al campo con el pie derecho, santiguarse antes de entrar a jugar, escuchar la misma canción, elegir cuidadosamente el color de las botas, entrar a la pata coja en el juego,evitar tocar el trofeo cuando se salta al campo en la final… son algunas supersticiones que podemos considera “normalitas”. Otras llegan a ser absurdamente extrañas.

John Terry, defensa inglés del Chelsea, durante mucho tiempo solía usar las mismas espinilleras hasta que las perdió en el Camp Nou en un partido de la Champions. Entonces Lampard le dio unas suyas y ahora son su amuleto. Esta historia da que sospechar, que esas espinilleras sí eran realmente de la buena suerte, y que otros se están beneficiando de ese estado de gracia.

Pero no todo acaba aquí con Terry, que no contento con sus espinilleras, se sienta siempre en el mismo asiento del autobús, escucha siempre el mismo cd el día del partido, aparca en la misma plaza de parking…

El inglés Gary Lineker, que además de en la selección inglés jugó en el Barcelona o en el Everton, nunca practicaba tiros a puerta durante los entrenamientos, para no malgastar goles, no fuera a ser que los marcase todos antes del partido.

Mario Gómez, jugador con orígenes granadinos pero nacionalidad alemana y que juega en el Bayern de Munich, es el único jugador alemán que no canta el himno de su selección. Una vez no lo cantó y marcó un gol, a partir de entonces  no canta La Canción Alemana.

 Aranzubia, portero del Deportivo de La Coruña, desde que ganó el mundial sub-20 en Nigeria con el número 13 es fiel a esta cifra.

Iker Casillas y Victor Valdés no escapan a los rituales. Iker se cortaba el mismo las mangas de las camisetas por encima del hombro, y Victor, cuando sale al campo procura no pisar ninguna línea de césped.

Y los entrenadores no se quedan ajenos a estas rutinas de superstición.

Nuestro Luis Aragonés tiene auténtica fobia al color amarillo, hasta el punto de obligar al, por aquel entonces, capitán Raúl a cambiarse de camiseta en un entrenamiento. Incluso llego a tener un gesto diplomático descortés, al rechazar un ramo de flores amarillas que le regalaron a su llegada a Dortmund, Alemania.

Lo más difícil con Luis Aragonés fue convencerlo de que la segunda equipación de España en la Eurocopa del 2008 era color mostaza, no amarillo. Gracias a los matices de la gama cromática, y tan mal no nos fue, no?

Raymond Domenech, el que fuera seleccionador francés, hacía sus convocatorias y alineaciones basándose en los astros, siempre consultaba los horóscopos antes de dar una lista.

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